El desarrollo infantil se encuentra entre los principales preocupaciones que existen hoy a nivel mundial. Sin dudas, es posible decir que un desarrollo infantil inadecuado, desde todos los puntos de vista, produce consecuencias que resultan irremontables en la adultez.

Motivados por la necesidad de responder a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), un programa motivado por las Naciones Unidas, países de todo el mundo trabajan en la construcción de indicadores de desarrollo infantil temprano a nivel poblacional, que sean válidos para medir a escala.

Sin embargo, según un artículo de Banco Interamericano de Desarrollo (BID), idealmente todos los indicadores deberían estar coordinados entre países de modo que producidos sean comparables entre países -y entre grupos al interior de un país-.

Es por eso que el Grupo Global Scale for Early Development (GSED) representa un esfuerzo diferente. El objetivo fundamental es construir una medida de desarrollo infantil basada en la población mundial de niños menores de 3 años de edad, que pueda ser utilizada para un monitoreo y una evaluación globales. El Grupo reunió estadísticos y expertos en desarrollo infantil del más alto nivel, provenientes de tres iniciativas distintas que, previamente, habían trabajado de modo independiente para lograr objetivos similares. El Caregiver Reported Early Development Instrument (CREDI), el Infant and Young Child Development (IYCD) y el grupo D-Score, que nació al interior del Global Child Development Group (GCDG), son las organizaciones involucradas en este grupo de estudio.

El GSED ha alcanzado un logro fundamental, que es precisamente que ha logrado juntar el conocimiento y la experiencia de varios investigadores, y los datos que han recolectado a lo largo de muchos años para conformar uno de los mayores bancos de instrumentos e ítems de desarrollo infantil del mundo. La recopilación incluye información sobre 73 mil niños, 51 cohortes, 109 mil mediciones, 2275 ítems, 22 instrumentos y 22 dominios. Además, es importante aclarar que aunque cada iniciativa partió de un marco y un enfoque conceptualmente diferentes, el Grupo ha trabajado en la identificación de las complementariedades y fortalezas de los enfoques de cada uno de los demás a fin de definir un camino unificado para el GSED.

Actualmente, los métodos estadísticos se están utilizando en la base de datos con el propósito de identificar los ítems más adecuados para la construcción de dos instrumentos globales de medición del desarrollo en niños de entre 0 y 3 años. En primer lugar, para su uso en encuestas poblacionales, que podrían ser levantadas mediante reporte materno en no más de 5 minutos. El segundo instrumento está pensado para usarse en evaluaciones de impacto de intervenciones de desarrollo infantil y, como tal, necesita ser lo suficientemente detallado para capturar los cambios en el desarrollo que resulten de tales intervenciones. Para eso, requiere de tiempos más largos para su administración -aproximadamente 30 minutos- y de una combinación de ítems por reporte materno e ítems administrados directamente al niño.

Ambos instrumentos serán de fácil uso para que encuestadores suficientemente capacitados puedan aplicarlos en el hogar del niño. Además, serán confiables y válidos para contextos socioeconómicos, lingüísticos y culturales diferentes, dado que incluyen ítems culturalmente neutros o de fácil adaptación. Por otro lado, buscan ser predictivos de desempeños posteriores.

Uno de los puntos más importantes es que ambos estarán disponibles gratuitamente, al tiempo que los indicadores derivados de los instrumentos serán de fácil comprensión e interpretación.

Hasta el momento, el trabajo del GSED está muy avanzado y dentro de pocos meses el Grupo tendrá una primera versión prototipo de cada uno de los dos instrumentos. Sin embargo, su trabajo no termina ahí.

El siguiente paso será probar estos prototipos en el terreno, refinarlos y validar empíricamente sus propiedades. En este sentido, se ha puesto en marcha un plan para aplicar ambos instrumentos en 4-6 países de todas las regiones del mundo a fin de aprender de su administración práctica y ajustar, según sea necesario, el test, los materiales, los protocolos de administración, y los manuales técnicos y de capacitación.

Según indica el artículo, es posible afirmar que se trata de un “hito de suma importancia respecto de la medición del desarrollo infantil a nivel global, que establece un estándar muy alto -y sienta un precedente- para la colaboración científica y la coordinación multipartita”. o Así, será posible hacer un seguimiento, monitoreo y evaluación globales del desarrollo infantil, lo que hará que los países se responsabilicen por su progreso, o ausencia del mismo, en la promoción de capacidades de aprendizaje y del bienestar psicosocial de sus ciudadanos más jóvenes.

En su conclusión, las autoras del artículo -María Caridad Araujo y Marta Rubio-Cordina, ambas economistas principales en la División de Protección Social y Salud del BID- señalan que esperan que algunas de las administraciones piloto puedan implementarse en América Latina y el Caribe. Además, indican que el método podría ser replicado y extendido más allá de los 3 años de edad, a fin de disponer de un test y un indicador que cubran toda la gama de los primeros años, desde el nacimiento hasta los cinco años.


Fuente: iprofesional.com