Los días y semanas después del parto, el periodo posnatal, son críticos en las vidas de madres y recién nacidos. La mayoría de las muertes en estos grupos ocurren en el primer mes después del nacimientola mitad de ellos en las primeras 24 horas, según datos del Departamento de Salud de la madre, el recién nacido, del niño y del adolescente, de la Organización Mundial de la Salud.

En el mundo, 72 % de las mujeres dan a luz atendidas por personal calificado, y la mortalidad allí se redujo entre los años 2000 y 2013. Pero en zonas como el sureste de Asia y el África subsahariana estos porcentajes bajan a 67 % y 48 %.

El cuidado posnatal es aún más inalcanzable. Menos de la mitad de las mujeres del mundo reciben una visita posnatal en los dos días después del parto.

¿Qué es el cuidado posnatal? La OMS ha unificado este concepto como todo lo que concierne a la mamá y al bebé hasta 42 días (6 semanas) después del nacimiento.

Seis semanas de cuidado posnatal

Para que el niño esté bien hay que ocuparse de él, pero no exclusivamente. Por ejemplo, no se pueden separar los primeros momentos del niño de los de sus padres. “Las dos primeras horas son determinantes, pero las dos primeras semanas son de fatiga”, recuerda la doctora Neldy Mendoza Flores, magíster en Salud de la Mujer, Niño y Adolescente. “No se duerme tres o cuatro noches seguidas. Y si no hay mutuo acuerdo y colaboración entre los que están criando, se puede caer, incluso, en algún tipo de violencia”.

La educación para la paternidad y para la maternidad son dos de los postulados de la médica en sus recorridos por los países latinoamericanos, incluyendo a Ecuador, como presidenta de la Fundación Daymara, de apoyo a la maternidad.

Ella promueve el concepto de maternidad consciente, desarrollar todas las cualidades y capacidades antes del embarazo, para ponerlo en práctica desde la gestación. Esto ayudaría a las madres que tienen dificultades para la lactancia, que sienten frustración cuando no obtienen los resultados esperados o creen que no logran desarrollar profundo afecto por el niño.

“Sienten que son malas mamás. Pero no se trata de eso. Es la necesidad de descanso y sueño”, y también de la falta de la presencia del padre o la familia. “En algunos casos puede presentarse depresión posparto, que requiere ayuda especializada, pero se supera. Nunca debemos pensar que somos malas madres”. Es una reacción propia, dice, de la caída de los niveles del neurotransmisor oxitocina (la “hormona del apego”), que se eleva durante el parto para atenuar el dolor.

La importancia de la proximidad

La doctora Mendoza habla del alojamiento conjunto. “Tan pronto nace el bebé, se lo coloca piel con piel con la mamá. Entonces —dice— se produce un diálogo entre ambos por componentes bioquímicos, pero también por el ritmo cardiaco, sonido al que está acostumbrado. Eso ayuda al niño a reducir la ansiedad y el choque entre la temperatura del vientre con la del exterior”.

“Si no se atiende de forma correcta, la ansiedad provoca una disminución de glucosa en la sangre y pérdida de pesoPara los recién nacidos, perder 10 o 20 gramos es demasiado, porque pesan de 2,5 a 3 kilogramos. Al estar junto a mamá, se tranquiliza, escuchando la voz que conocía desde antes, más la de papá”.

La doctora Mendoza explica que la presencia del padre no solo alienta a la madre durante el parto, sino que estimula al niño en las primeras horas. “Antes, en el vientre, escuchaba esa voz distorsionada, pero ahora es capaz de reconocerla y eso aumenta su tranquilidad”.

Hay dos informaciones que dejan huella en la vida y la personalidad del ser humano. Cómo recibe la madre la noticia del embarazo y cómo se recibe al niño que nace“Estos dos momentos son determinantes para la memoria cerebral; la personalidad recibe datos de aceptación y valoración de los padres”.

¿Y si esto no sucede? Se puede subsanar, asegura la médica, de manera consciente. “No criar con culpa. No sobreproteger. Hubo una deficiencia, pero aún se pueden desarrollar en él capacidades para fortalecer su seguridad y autoestima, con pequeñas tareas desde la infancia, acompañadas de frases de afirmación: ¡qué bien lo hiciste!“.

Las mejores prácticas posnatales

Según la Comisión Técnica en Posparto y Cuidado Posnatal de la OMS, el cuidado posnatal debe proporcionarse en las primeras 24 horas a todas las mujeres y bebés, sin importar dónde ocurrió el parto. Una examinación clínica es necesaria una hora después del nacimiento, después de que se ha amamantado al bebé. Antes de salir del hospital, debe haber otro chequeo. Si el bebé nació en casa, debe ir a revisión dentro de las 24 horas después del nacimiento.

La mamá y el bebé sanos deben permanecer 24 horas en el centro de salud, no salir antes. Saludable significa que el sangrado está controlado, que no hay signos de infección u otras enfermedades y que el bebé está lactando bien.

Todas las mujeres y sus bebés necesitan al menos cuatro chequeos en las primeras 6 semanas: en el día 1, en el día 3, entre los días 7 y 14, y a las 6 semanas, sea en el hogar o en un centro de salud.

Prácticas posnatales en desuso

– Desechar la primera leche (calostro) por su color. “Contiene el mayor número de proteínas y da fortaleza al sistema inmunitario”, dice la doctora Mendoza.

– No es necesario ponerle manoplas, gorritos o telas calientes en la cabeza. “A través del tacto y las nuevas temperaturas y texturas, el cerebro del niño adquiere información”.

– Fajar al niño y ponerlo a un lado para que deje descansar a mamá. “Salvo que la salud de la madre esté en riesgo, debe estar junto a ella”. No son necesarias las fajas y los forros, porque el bebé gana tono muscular gracias al movimiento natural.


Fuente: eluniverso.com