Sobrepeso
Así, un peso demasiado bajo o excesivo en el momento el nacimiento, consecuencia de malnutrición o sobrepeso maternos, predisponen a unos cambios metabólicos que, si se perpetúan durante las primeras etapas del crecimiento, pueden aumentar el riesgo de desarrollar patologías como la obesidad, la hipertensión o la enfermedad coronaria.
«Los bebés que nacen con bajo peso tienen el doble de riesgo de tener enfermedad coronaria en la edad adulta que aquellos que nacen con un peso estándar, aunque puede disminuir hasta el 30% si en los dos primeros años de vida se lleva a cabo una recuperación del peso». «Ahora bien, -apuntó el experto- si esta recuperación se alarga y persiste más allá de los dos años, aumenta el riesgo de tener hipertensión arterial, diabetes y enfermedad coronaria en la edad adulta».
Los casos de desnutrición materna son muy puntuales, mientras que el sobrepeso en las mujeres embarazadas se observa con preocupante frecuencia. «Estos casos provocan el nacimiento de niños más grandes y con más masa grasa que, si no la pierden durante los dos primeros años de vida, puede desarrollar problemas de salud».
Peso en el embarazo
Durante el embarazo, la ganancia de peso está indicada en función del peso que se tenga antes de la concepción. Aunque la media está en 12 kilogramos, las mujeres con sobrepeso deben ganar menos, unos 8, y aquellas que están demasiado delgadas un poco más, en torno a los 15 Kg.
Para ello, los expertos aconsejaron seguir una dieta variada y equilibrada, como la mediterránea, y, en ningún caso, hacer dietas de pérdida de peso. «La única pauta para las mujeres con sobrepeso es que cuiden sus hábitos alimenticios antes de quedarse embarazadas, garantizando siempre que los depósitos de micronutrientes estén cubiertos, y que mantengan una dieta saludable durante la gestación para que el aumento de peso no sea excesivo», remarcó el especialista.
Además, el desarrollo cerebral del niño tiene lugar desde el tercer trimestre de embarazo hasta los dos años y cualquier alteración nutricional durante este periodo crítico puede tener efectos sobre el desarrollo neurológico y de los circuitos que regulan el desarrollo y la conducta del individuo.
«Durante esta etapa es vital ingerir los micronutrientes adecuados, como vitaminas y minerales, entre los que se encuentran el hierro, el yodo o el ácido fólico». Con respecto a este último, «se recomienda la suplementación prenatal con ácido fólico un mes antes de la concepción y durante las primeras 12 semanas de gestación», recordó el doctor Sáenz de Pipaón.
Fuente: abc.es