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Es la responsable de proveer cuidado, protección, seguridad y un entorno afectuoso para los niños.
Las condiciones necesarias para llevar a los niños al desarrollo de su potencial humano.
La presencia amorosa de un papá que se involucra en la formación de sus hijos se interesa por sus aprendizajes, se da tiempo para interactuar positivamente y jugar con ellos.
Es un proceso normal y natural que nos ayuda a aceptar y adaptarnos a la pérdida. Al experimentarlo reconocemos la presencia de diversas emociones, pensamientos y sensaciones físicas entremezcladas. Los adultos podemos acompañar a los niños de manera cercana durante este tiempo.
Es importante llevar a cabo tareas que permitan a todos los involucrados adaptarse a los cambios que surgen frente a este evento: negociar, reorganizarse, aceptar las pérdidas y mantener como foco el bienestar de los niños.
Sus efectos en los niños pueden comprometer seriamente su desarrollo integral. Aumentar la conciencia sobre este impacto en los adultos responsables de su educación, será una prioridad para prevenirla.