La crianza de un niño día a día es un reto que con el tiempo se vuelve una rutina automatizada. La primera vez que cargamos a un bebé en nuestros brazos, lo alimentamos o le damos un baño, lo hacemos con todo el cuidado y prestando atención a cada detalle; y es con el tiempo que este tipo de acciones cotidianas se vuelven automáticas.

Si bien el ritmo de vida actual, nos exige hacer muchas cosas al mismo tiempo o disponer de pocos minutos para realizar ciertas actividades, hay algunas prácticas que podemos poner en marcha en las rutinas de crianza con los niños en las que nuestra atención sea plena.

La atención plena, se refiere a una técnica sencilla que hace énfasis en poner todos nuestros sentidos en el momento presente; nuestra mente conectada con la acción que estamos realizando, sin pensar en el pasado, en lo que tenemos que hacer a continuación o en nuestra lista de pendientes.

El primer paso para una crianza basada en la atención plena, es empezar por uno mismo. Tratar de concentrarse solamente en el momento, es un reto que se logra con la práctica, y un buen comienzo es enfocarte en tu respiración, poner atención a cómo se encuentra tu cuerpo en ese momento y qué pensamientos o emociones estás experimentando. Comienza por unos minutos y date cuenta de lo que pasa a tu alrededor; es cuestión de práctica y constancia.

 

 5 momentos en los que podemos aplicar la atención plena en la crianza

Durante estos y otros momentos de crianza, evita distracciones como la televisión o algún dispositivo electrónico. Destina tiempos específicos para disfrutar de la infancia de tus hijos; conocer sus miedos y sus alegrías, escuchar lo que hay en su  mente y siempre dar espacio para mostrarles todo tu cariño.

 


Referencias
  • Falk, J. (1997). Mirar al niño, la escala de desarrollo Instituto Pikler (Lóczy). Ediciones ARIANA. Buenos Aires, Argentina.
  • Falk, J. (2012). Lóczy, educación infantil Ediciones Octaedro. Barcelona, España.