Desde el ámbito de las ciencias físicas, el concepto de resiliencia se refiere a la capacidad de resistencia a la presión o tensión que puede soportar un material, mecanismo o sistema sin quebrarse; o bien, recuperar su forma o estado anterior una vez que haya cesado dicha perturbación, podemos pensar en un resorte o elástico. Sin embargo, este mismo concepto entendido desde las ciencias del desarrollo humano, se refiere a que las personas resilientes, no vuelven a su estado original, sino que salen fortalecidas de las experiencias adversas o traumáticas por las que han pasado.

Por lo tanto, la resiliencia se trata de un aprendizaje que comienza en la infancia y se desarrolla durante toda la vida; es la capacidad de adaptarse y salir fortalecido de la adversidad. Existen dos tipos de resiliencia: la primaria, es la que proporcionan los cuidadores primarios, en general, los padres, por medio del establecimiento de un vínculo seguro con el bebé; y la secundaria, ésta se da más tarde en la vida de los niños, por medio del establecimiento de vínculos y relaciones con otras personas (amigos, profesores, familiares) y por los resultados de sus propias experiencias y recursos.

La resiliencia no es una capacidad estática, la cual se adquiera de una vez y para siempre, por el contrario; es un proceso dinámico y evolutivo, una capacidad que se construye con el tiempo y una invitación a tener otra mirada sobre la realidad. Por lo que la infancia es una etapa crucial en la vida de los seres humanos para comprender y proporcionar las condiciones para que los niños sean resilientes. Es necesario que cuenten con lo siguiente:

  • Protección de los lazos de apego con cuidadores afectuosos y competentes.
  • Estimulación y nutrición adecuada para un desarrollo cerebral saludable.
  • Oportunidades para aprender y experimentar nuevas destrezas.
  • Límites o estructura necesaria para desarrollar un autocontrol saludable.

 

La primera infancia es el momento ideal para que los cuidadores garanticen que los niños obtengan la protección y experiencias necesarias para desarrollar buenos recursos de adaptación interna. Así mismo aplicar estas pautas ayudará a construir relaciones seguras, y en la medida que las sigan aplicando conforme van creciendo y desarrollándose los niños, tendrán más oportunidades de ser resilientes frente a las situaciones adversas que se les presenten en su vida.

 

“No son los más fuertes de la especie los que sobreviven, ni los más inteligentes. Sobreviven los más flexibles y adaptados a los cambios”
Charles Darwin


Referencias:
Pérez, L. (2015). Promoción de resiliencia en la infancia. marzo 23, 2021, de Facultad de psicología. Uiversidad de la Republica Sitio web: https://sifp.psico.edu.uy/sites/default/files/Trabajos%20finales/%20Archivos/tfg_-_lucia_perez.pdf
Masten AS, Gewirtz AH, Sapienza JK. Resiliencia en el Desarrollo: La Importancia de la Primera Infancia. En: Tremblay RE, Boivin M, Peters RDeV, eds. Masten AS, ed. tema. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia [en línea]. https://www.enciclopedia-infantes.com/resiliencia/segun-los-expertos/resiliencia-en-el-desarrollo-la-importancia-de-la-primera-infancia. Publicado: Marzo 2006 (Inglés). Consultado: 16/03/2021.
Vázquez, C.. (2017). Resiliencia infantil: qué es y por qué es tan importante. marzo 22, 2021, de elDiario.es Sitio web: https://www.eldiario.es/consumoclaro/madres_y_padres/resiliencia-infantil-importante_1_3109981.html#:~:text=Cuando%20se%20habla%20de%20resiliencia,a%20partir%20de%20esas%20experien