Un vínculo es una relación profunda de cuidado, segura y permanente que se caracteriza por la búsqueda o mantenimiento de proximidad y cercanía de tipo: física, emocional y psicológica (Neufeld y Maté, 2008).

Los vínculos afectivos son muy importantes en cada etapa de la niñez, ya que proporcionan a los niños la seguridad necesaria para desarrollar sus capacidades, habilidades y autonomía.  De esta manera, la presencia de un adulto que los acepta incondicionalmente les ayuda a tener una percepción positiva de sí mismos, a comprender y validar sus emociones, y a comunicarse e interactuar de manera confiada y respetuosa con otras personas.

Para desarrollar y fortalecer el vínculo mientras tu hijo(a) va creciendo, te recomendamos:

Basado en las etapas de vinculación (Neufeld y Maté, 2008).

Ten en cuenta que el vínculo se va creando de manera gradual y que, año con año, puedes ir sumando nuevas formas de vincularte con tu hijo(a) considerando cómo evoluciona en su desarrollo ¡Manos a la obra!

 


Referencias bibliográficas.
López, Etxebarria, Fuentes y Ortiz (2003) Desarrollo afectivo y social.  Madrid, España: Ediciones Pirámide.
Maté G. y Neufeld G. (2008)  Regreso al vínculo familiar.  México: Hara Press
Naranjo M. L. (2006) El autoconcepto positivo; un objetivo de la orientación y la educación.  Revista electrónica: Actualidades investigativas en educación, Vol. 6 (1) 1-30  Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44760116