Ser un papá presente implica tener una relación afectuosa con tu hijo; involucrarte en sus actividades y gustos; participar en su crianza con acciones como cuidarlo, alimentarlo, jugar con él, cantar juntos, leerle cuentos y llevarlo a dormir.
Cada día observamos más papás presentes en la vida de los niños, lo cual tiene muchos beneficios desde el desarrollo de una mejor autoestima, hasta adquirir más herramientas emocionales para enfrentar lo que se le presente en la vida. Saberse amado incondicionalmente será siempre el mejor regalo que un padre le pueda hacer a su hijo.
“Tengo recuerdos de niño en los que te veía gigante, hoy que soy adulto…Te veo aún más grande”.