Las experiencias adversas sufridas en la infancia por parte de los padres, tales como abuso, negligencia o disfunción familiar pueden ser transmitidas a sus niños.
Un estudio en el número de agosto del 2018 de Pediatrics titulado, “Las experiencias adversas en la infancia de los padres y los problemas de salud del comportamiento de sus niños” (en inglés), utilizó una muestra representativa de familias, y descubrió que los niños cuyos padres habían sufrido 4 o más experiencias adversas en la infancia antes de cumplir 18 años tenían un riesgo mayor de sufrir ellos mismos problemas de comportamiento
Entre más experiencias adversas tenían los padres, en particular las madres, mayor el efecto en el bienestar emocional de sus niños, lo que demuestra que las experiencias adversas sufridas en la infancia pueden ser transmitidas a nuevas generaciones. Los niños de estos padres tenían mayor probabilidad de sufrir problemas emocionales, tales como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y disturbios emocionales.
Los investigadores señalan que esta información incrementa la posibilidad de que las experiencias adversas en la infancia de los padres puedan influenciar el comportamiento de los niños a través de estilos de crianza aprendidos, especialmente por las madres. También señalan que los resultados muestran que el conteo de las experiencias adversas de los padres podría ayudar a los médicos clínicos a identificar, de forma temprana, a los niños con riesgo de sufrir problemas de salud del comportamiento y ofrecer intervenciones preventivas tempranas, y quizá poder ayudar a los padres a mejorar sus técnicas de crianza.
Fuente: healthychildren.org