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Prácticas adecuadas que promuevan la salud de adultos y niños para lograr su estabilidad y bienestar.
Hábitos saludables relacionados con el cuidado, alimentación, sueño, descanso para sentar las bases de un adecuado desarrollo.
Recursos que favorecerán la salud emocional de adultos y niños para mantener un equilibrio en su vida y evitar problemas futuros de salud física y mental.
Construyendo entornos protectores y pacíficos para que los niños puedan desenvolverse con seguridad, sabiendo que los adultos responsables de su cuidado están a cargo.