Aunque a veces no lo parezca por sus frecuentes despertares nocturnos, los bebés, especialmente los recién nacidos, pasan muchas horas durmiendo, por eso es importante que en lugar en el que lo hagan debe ser seguro y confortable. Y un lecho seguro tiene que estar, sobre todo, libre de objetos que lo ponga en riesgo, especialmente de asfixia o ahogamiento.

Almohadas

Puede resultar sorprendente, pero la almohada puede ser un objeto muy peligroso para los bebés, por eso, desde la AEPED, desaconsejan su uso al menos hasta los dos años por riesgo de asfixia. Y a partir de esta edad, puede utilizarse, pero deber ser muy plana y firme, y cuanto más tiempo aguante sin almohada, mejor.

Mantas o edredones sueltos

Uno de los principales temores de los padres es que el bebé tenga frío mientras duerme, y optan por abrigarlo. Además de que los bebés pasan menos frío de lo que sus padres piensan, taparlos mucho puede ser peligroso, pues aumenta el riesgo de asfixia. Y es que, según un estudio publicado en la revista Pediatrics, la ropa de cama es la causante del 70% de los casos de muertes por asfixia en bebés, seguida de exceso de capas para cubrir al bebé (19%). Así, si creemos que nuestro bebé puede tener frío mientras duerme, lo mejor es abrigarlo un poco más y usar sacos para dormir específicos, nada de abrigarlos con mantas hasta arriba. Además, los bebés, sobre todo cuando empieza a voltearse, tienden a destaparse.

Protectores de barrotes

Los padres compran, con la voluntad de que el bebé no se golpee con los barrotes mientras duerme, los típicos protectores acolchados rodeando la cuna, pero tampoco son adecuados, pues aumentan el riesgo de asfixia, estrangulación o atrapamiento, y en bebés de varios meses, también el riesgo de caída. Además, no hay evidencia de que sirvan para prevenir lesiones.

Cojines antivuelco

Con este objeto ocurre lo mismo que con el anterior, que los padres lo comprar para que el niño esté más seguro y reducir las probabilidades de muerte súbita, y se produce el efecto contrario, pues aumenta el riesgo de asfixia, según advierte la FDA, Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. De hecho, estos objetos son la causa del 12% de los casos de asfixia en bebés.

Peluches (ni ningún tipo de juguete)

Por muy bonitos y blanditos que sean, un bebé no necesita peluches -ni ningún otro juguete para dormir-, pues, aunque parezcan inocuos, no lo son y, al igual que otros objetos, pueden provocar asfixia si el bebé se encuentra con ellos mientras duerme. Si además los objetos son pequeños, duros o tienen algún tipo de envoltorio, más motivos para mantenerlos alejados de la cuna. Tampoco debemos introducir en su cuna ningún gimnasio para bebés.

Móviles colgantes

Los típicos móviles, o cualquier objeto lúdico que cuelguen, está completamente desaconsejado, ya que pueden desprenderse, puede agarrarlos… Si queremos que use alguno, que sea siempre en nuestra presencia y mejor retirarlo cuando se vaya a dormir.

Cualquier objeto con cuerdas, cordeles, cadenas…

Nunca hay que meter en la cuna o dejar cerca de ella cualquier objeto que tenga algún tipo de cordel, cuerda, cadena sea alargado, etc. por el riesgo de estrangulamiento que suponen. Por ejemplo, los chupetes, los cordeles de las cortinas -si estas están cerca de la cuna-, collares…

En resumen, en la cuna del bebé no debe haber ningún objeto que no sea estrictamente necesario. Es decir, que debe dormir, sin almohada, poco tapado y sin ningún tipo de dispositivo u objeto que pudiera interceder en su respiración, con el que pueda enredarse, que pueda tragarse o hacerse daño de cualquier manera. Cuantos menos objetos, más seguridad.


Fuente: 20minutos.es